Es extraño tener que escribir sobre uno mismo sin sentir, en parte, una sensación de pudor. O al menos creer que por hacerlo alguien pueda tacharte de pretencioso. Pero cuando se crea y esa creación puede suscitar interés, reconocimiento o crítica, se convierte en un trance necesario.

¿Quién es Luis Miguel Francisco?

Es por un lado lo que el mundo ha hecho de mí y por otro lo que yo he intentado e intento hacer en el mundo. Creo que de esa mezcla surge la personalidad individual que siempre es compleja y en ocasiones difícil de autodefinir. Nací un 6 abril de 1973 en el hospital de la Cruz Roja de Madrid. Soy Aries… impulsivo, perseverante, directo, con iniciativa…

Mi familia se trasladó a Valladolid a los pocos meses de yo nacer. He vivido en Madrid seis años, en Lérida, en Alicante, Cádiz. E intermitentemente en Bosnia-Herzegovina durante casi dos años entre 1993 y 1999, donde conocí la entraña de esa guerra. Desde 2002 resido, sin ánimo de moverme, en Laguna de Duero.

Siempre he escrito. Siempre tuve esa pasión desde pequeño. Hasta 2013 la combiné con otra: el Ejército. Serví durante veintidós años como militar de carrera. Por eso no es raro adivinar que hasta el día de hoy el cien por cien de mis libros tengan como protagonistas a el soldado. Asumir que el oficio siempre te persigue y poder moldearlo en forma de letra ha dado como resultado ensayos históricos, novelas y guiones de cine. Siendo estos dos últimos géneros los más recientes en cultivar.

Me gusta el papel como objeto. Me considero un apasionado coleccionista de libro antiguo. También soy vicepresidente de la Asociación Arte Militar. Organización sin ánimo de lucro dedicada al arte histórico militar. Relacionar esencialmente la pintura con la escritura me hace entender que todas las artes se solapan y que nada vaga por el mundo de manera individual.

Llegado a este punto tendría que hablar de libros escritos. Ha sido un reto importante en mi vida: escribir y publicar siempre ha sido vibrante. Después de algún pecado de juventud, por suerte inédito, empecé escribiendo ensayo histórico. He publicado más de media docena de ellos y trabajo en otros. Los últimos han sido editados o reeditados con la editorial Planeta, concretamente con su sello Crítica. Aunque parezca mentira el primer ensayo que empecé a escribir fue Morir en África, editado a finales de 2014, fue una obra siempre voluntariamente retrasada, pues las fuentes documentales no hacían más que crecer y crecer. El resumen de lo que sería esa amplísima obra fue Annual, 1921. Crónica de un Desastre. Editada en 2005 y de la que guardo el cariño de haber sido mi opera prima y la más vendida hasta el momento de esa editorial. En 2006, escribí un ensayo a cuatro manos junto a Lorenzo Silva, Y al Final, la Guerra, que ha tenido una reedición en 2014 generosamente aumentada, especialmente en el capítulo dedicado a los combates del 4 de abril en Nayaf. Fue un trabajo complejo en más de un sentido y un libro que la crítica sentenció como sin precedentes en nuestro país. Creo que tanto Lorenzo como yo nos sentimos muy orgullosos de haber podido componer la historia de los soldados españoles en Irak. En 2008 edité 1925. Nuestro día en Alhucemas, al que le siguieron Estampas de la Caballería Española, Tiempos en Armas y Atlas Ilustrado de la Legión, coescrito con Alfonso Ruiz de Aguirre y que ha vendido según Nielsen, más de treinta mil ejemplares.

En la actualidad trabajo en una serie de novelas, guiones de cine y ensayos de los que espero hablaros más distendidamente en un futuro.

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